RAFAEL A. GUERRA (Fellito)

Rafael Guerra nació en Santo Domingo, República Dominicana. En la historia del béisbol romántico del país, no se puede hablar de lanzamientos de pelotas sin que de inmediato surja, como el conjuro de mágicas llamadas, el nombre deportivamente glorioso de Fellito Guerra.

El antiguo pitcher recibió el mejor reconocimiento que puede hacerse a un consagrado atleta de antaño.

Los deportistas y la crónica deportiva de la época, estuvo de acuerdo en que la cristiandad deportiva dominicana convirtió el nombre de Fellito Guerra en sinónimo de ‘pitcher’, como otro reconocimiento de una labor magistral acrecentada en la aureola romántica que significó, a través de su fecunda vida de deportista, el que cada vez que hubo pugilato de banderías, defendió siempre el color rojo de la novena de sus entrañas.

Guerra militó con los Leones del Escogido y siempre se mantuvo fiel a la causa que lo hizo famoso. Su nombre ha sido siempre sinónimo de pitcher por lo extraordinario de su brazo.

Además, antes que los melenudos, visitó las camisetas de los equipos Gimnasio Escolar, Estrellas Dominicanas y San Carlos. Fellito Guerra nunca claudicó en su convicción de que cuando se tiene muy adentro en el corazón el amor por unos colores deportivos, jamás se puede ir en contra de ellos.

Porque así era Fellito, el pelotero, el pitcher, el mejor de todos; como deportista, el amante, cálido, fiel y romántico de los colores de su club.

Guerra sostuvo los más grandes duelos de lanzadores que pudieron suscitarse en la pelota sin luz del béisbol quisqueyano.

Sus hazañas jamás podrán ser olvidadas por aquellos miles y miles de fanáticos que vivieron las emociones que impartía Fellito Guerra con sus lanzamientos.

Electo al Pabellón de la Fama durante su primer ceremonial, en 1966.

 

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